El Credo Legionario consiste en una lista de doce máximas redactadas por José Millán-Astray, fundador de La Legión Española, poco después de la creación de la unidad en 1920. La intención de Millan Astray era la de plasmar en sentencias simples que definió como base espiritual de La Legión, ayudando así a conformar y que todo caballero legionario debía saber de memoria el credo y aplicarlo en todas las facetas de su vida.
Los doce espíritus que forman el Credo Legionario son:
Aunque no son exactamente parte del credo, se le incluyen siempre los tres vivas que se lanzan en todo acto ceremonial legionario desde su fundación: "¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!". Los vivas se gritan por parte de todos los legionarios presentes en el acto, al unísono, a modo de clausura y a la voz del oficial superior legionario presente, quien siempre los demanda con la misma frase con que lo hacía Millán Astray, hoy tradicional: "Con el gorrillo en la mano izquierda y el brazo en alto, gritad conmigo
Creada el 28 de enero de 1920, y aunque ya había participado en acciones de guerra, la Legión no empezó a ser conocida entre la ciudadanía española hasta su precipitado traslado en auxilio de Melilla tras el Desastre de Annual. En 1923, con la unidad ya plenamente establecida y necesitada de mantener el flujo inicial de reclutas, así como buscando incrementar la publicidad sobre la misma, el entonces teniente coronel José Millán Astray redactó y editó un libro titulado La Legión, en el cual aparece públicamente la primera forma conocida del Credo. No obstante, este ya existía prácticamente desde la fundación de la unidad, y era enseñado a las tropas con tanta insistencia y tesón como si se tratara de un nuevo catecismo.
El texto del Credo Legionario se mantuvo inalterado durante los años de existencia de la Legión, excepto por un detalle del 11º espíritu: la edición original publicada por Millán Astray rezaba La Bandera de La Legión será la más gloriosa [...]. La forma en futuro fue modificada a su redacción actual, en presente, en un acto con gran ceremonia tras la entrega de la primera bandera nacional a La Legión el 5 de octubre de 1927 por parte de la entonces reina Victoria Eugenia, al considerarse que las bajas legionarias hasta la fecha lo hacían merecedor de tal modificación.
En los años 80, cuando se cuestionaba la continuidad de La Legión, el Ministerio de Defensa de España promovió una nueva redacción del Credo, por considerar que la tradicional era anacrónica y políticamente incorrecta, aunque no prosperó.
Historia del chapiri legionario
Es una castiza forma de llamarlo muy extendida entre los legionarios, siendo un diminutivo del galicismo chaperot que era una prenda de cabeza en forma de capucha del siglo XVIII y que derivó más tarde en el gorro de cuartel isabelino